domingo, 1 de septiembre de 2013

CAMBIANDO TRADICIONES

Roger Aruquipa Valencia
 
La noche de San Juan es una de las festividades más antiguas. Según la cosmovisión andina es la noche más fría del año, porque el sol o dios Inti se hace débil, en consecuencia los pobladores deben darle fuerza y calor a través de las fogatas.

Por muchos años la costumbre de hacer fogatas se arraigó en las ciudades. Se quemaba leña, muebles viejos y objetos que representaban un mal recuerdo, con el fin de augurar un mejor año. Poco a poco, la gente empezó a quemar otro tipo de materiales, como ser llantas y objetos de plástico que contaminan el medioambiente, es por esta razón que se prohibieron las fogatas.
 
Debido al crecimiento demográfico de las ciudades, actualmente la tendencia es celebrar la noche de San Juan sin fogatas, porque suponen riesgo de incendio, daño al medio ambiente y a la salud de los ciudadanos. Las fogatas han sido remplazadas por parrilladas, manteniendo la festividad con reuniones familiares y de amigos.
 
Las normativas vigentes: ley Nº 1333 de Medio Ambiente, los Decretos Departamentales 004/2010 y 024/2012 y Ordenanzas Municipales, prohíben realizar fogatas y el uso de fuegos pirotécnicos porque dañan al medioambiente y atentan contra la salud de la población.

En los últimos años las fogatas en la noche de San Juan disminuyeron considerablemente. Las campañas de concientización y el compromiso de la población hicieron posible cambiar una tradición dañina para la salud y el medio ambiente.

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