La homosexualidad es la orientación sexual que demuestra una atracción de tipo sexual, emocional, sentimental y afectiva entre individuos del mismo sexo. Por muchos años fue clasificada como un trastorno sexual. Se consideraba que esas personas estaban enfermas mentalmente, por lo que podían ser internadas en hospitales Psiquiátricos.
En Bolivia no existe una norma que regule los matrimonios entre personas del mismo sexo. Sin embargo, la constitución política del estado en el artículo 14, parágrafo II, indica que “El Estado prohíbe y sanciona toda forma de discriminación fundada en razón de sexo, color, edad, orientación sexual, identidad de género, origen, cultura, nacionalidad, ciudadanía, idioma, credo religioso, ideología, filiación política o filosófica, estado civil, condición económica o social, tipo de ocupación, grado de instrucción, discapacidad, embarazo, u otras que tengan por objetivo o resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos de toda persona”
La Iglesia Católica no aprueba los matrimonios de personas homosexuales. Prohíbe todo tipo de relación sexual entre personas del mismo sexo. La Biblia, en el libro del Génesis indica que “Dios varón y hembra los creó”, lo cual significa que el amor por naturaleza debe desarrollarse entre el hombre y la mujer.
La cultura aymara toma como base de vida la dualidad complementaria, el chacha - warmi u hombre y mujer, con roles definidos según su género. Este modo de vida asegura el crecimiento de su población y de su cultura. Por tanto, la homosexualidad va en contra de este principio de vida. En consecuencia, no aceptan este comportamiento, pero pueden integrar al individuo siempre que no manifieste ese tipo de conducta públicamente.
Hace varios años, en nuestro país, el colectivo de Transexuales, Lesbianas, Gay y Bisexuales de Bolivia, conmemorarán el 28 de junio como el Día del Orgullo Gay y las Diversidades Sexuales, con una marcha nacional. Creo que este tipo de actividades está concienciando a la gente y en algunos años más lograremos aceptarnos entre nuestras diversidades culturales, sexuales y de pensamiento como estipula nuestra constitución política del estado.
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